En el marco de la celebración de la Copa América, Chile ha despertado con la mayor emergencia ambiental en más de una década.

Desde hace varios días Santiago registra una muy mala calidad del aire con pésimas condiciones de ventilación que se acentuaron por una ausencia casi total de lluvias en la zona central del país, lo que produjo que el lunes se haya decretado la “emergencia ambiental” por primera vez en 16 años.

¿Dañará esto a los futbolistas? Patricio Venegas, cardiólogo y experto en medicina del deporte de la Clínica Las Condes, dice que si bien a corto plazo un deportista profesional no debería sufrir grandes mermas de rendimiento físico, él, como médico, no aconsejaría realizar un partido en esas condiciones. 

Explica que las partículas de polución podrían provocar asma u otras enfermedades asociadas al aparato respiratorio en personas cuyos bronquios sean muy sensibles. A largo plazo, añade, se ha demostrado que algunas partículas son cancerígenas. "Aquí en Chile hay partículas que sí lo son", advierte.

En esa línea, el presidente del Colegio Médico, Enrique Paris, agrega que según estudios internacionales, un aumento del material particulado puede causar un daño crónico, tan perjudicial como para producir cáncer a largo plazo. Esto, porque las partículas finas (MP 2,5) transportan sustancias químicas irritantes, fácilmente respirables. "Cuando hay aumento de contaminación, aumentan también las muertes. Cuando los niveles suben por sobre los 500 ICAP de material particulado fino, como se registró ayer, en 24 horas la mortalidad sube 28%", señala. 

Las medidas aprobadas obligaran a más de 900 industrias contaminantes a cerrar sus puertas y paralizar sus negocios y a retirar de las calles alrededor del 40% de los 1,7 millones de automóviles que circulan por la capital.

Además, hay prohibición de hacer quemas agrícolas, de usar calefactores a leña y se recomendó no realizar actividades deportivas al aire libre en toda la Región Metropolitana, especialmente en establecimientos educacionales, indicó la agencia EFE.

Santiago, enclavada en un valle rodeado de montañas, es una de las capitales más contaminadas de América latina, principalmente en otoño e invierno, debido a la ausencia de brisas que dispersen las partículas contaminantes y al fenómeno de inversión térmica.